Por su especial orografía y empinado acceso, el Tossal se ha convertido en uno de los lugares preferidos que los jóvenes y adolescentes alicantinos usan como picadero ocasional y también para fumar porros a escondidas.
Fuentes de Inusa reconocen que son por los alrededores de esta zona y del antiguo Castillo de San Fernando «por donde los operarios de limpieza recogen más preservativos usados, junto a laladera del Benacantil».
20 minutos ha comprobado que los jóvenes de los colegios de la zona del Tossal (Jorge Juan, IES 11, Paulo Freire o la Escuela de Idiomas) aprovechan los minutos previos a la entrada de clase o los recreos para, en grupo, sentarse en alguno de los bancos de la falda del castillo y liarse canutos ocultos a las miradas policiales.
Según los últimos datos del Plan Provincial sobre Drogodependencias, el 37% de los jóvenes alicantinos de entre 14 y 18 años de la provincia (más de 18.000), consumen hachís los fines de semana. Hace 10 años fumaban cannabis el 18% de los jóvenes.
Los canutos de ahora, más cargados
«Lo peor es que la cifra no para de crecer», señala Bartolome Pérez Pérez Gálvez, director técnico del Plan Provincial de Drogodependencias de la Diputación de Alicante, quien interpreta que este incremento se debe, sobre todo, «a la permisividad que tienen los padres con sus hijos: ellos han fumado porros en su juventud y no creen que esta droga pueda ser tan dañina como otras, aunque al final genera bastante dependencia; un canuto de ahora es como siete de los de hace 20 años».
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